Castillo se mantuvo en la pelea por las medallas durante toda la competencia, pero fue en su última ejecución, que acarició la perfección, con la que se metió al podio.
El mexicano se superó en la última ronda y deslumbró al público catalán con un salto de 99.45 que sorprendió y que le sirvió para subirse al podio junto al Chong y Kuznetsov.
El bronce que conquistó Castillo se convirtió en la tercera medalla para México de Barcelona 2013, a lado de Jahir Ocampo y Rommel Pacheco en los saltos sincronizados de tres metros, y Alejandro Chávez en el trampolín de un metro, y la número 11 en la historia del País en la justa mundialista.
"Fue mi segunda medalla, pero esta sabe especial porque es solo mía", dijo Castillo al confirmarse el bronce.
"Fallé en el quinto salto, pero el último fue muy bueno y por suerte me lleve la medalla.
Quiero agradecer a todos mis entrenadores y ahora toca celebrar con la familia", expresó.