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viernes, 26 de julio de 2013

El estado mexicano de Michoacán sufre actos de "violencia inusitada"

México, 24 jul.- El estado mexicano de Michoacán fue escenario en las últimas horas de una "violencia inusitada" lanzada por grupos criminales que mantenían un férreo control en esa región, una de las más castigadas en la lucha contra el narcotráfico.

En una situación pocas veces vista en la reciente historia del país, grupos de desconocidos aparentemente coordinados atacaron el martes seis posiciones de la Policía Federal, con armas largas y ocultos desde cerros cercanos.

"Se trata de una emboscada, un ataque frontal a la Policía Federal, que generó una violencia inusitada en aquel estado", afirmó el portavoz del Gabinete de Seguridad de México, Eduardo Sánchez, al comentar hoy los sucesos vividos el martes.

Michoacán es uno de los estados en que el Gobierno está concentrando su estrategia de seguridad, por la fuerte presencia de grupos de narcotraficantes.

Algunos especialistas consideran incluso que Michoacán, en el suroeste del país, es un claro ejemplo de estado fallido.

Son tierras en las que campean a sus anchas grupos como Los Caballeros Templarios, nacido en 2010 y acusado de ser responsable del tráfico de drogas, secuestros y extorsiones, acciones que habían llegado a dominar actividades cotidianas del estado.

Los desconocidos, ocultos en cerros cercanos, eligieron ayer seis puntos de Michoacán y concentraron allí sus agresiones, que dejaron dos muertos entre la Policía Federal y unos 20 entre los atacantes.

También hubo 15 policías heridos y un número no determinado de lesionados entre los desconocidos.

Simultáneamente hubo cuatro bloqueos en carreteras del estado, incluyendo la autopista que conecta a la capital de Michoacán, Morelia, con la costa del Pacífico.

No había tropas del Ejército en la zona, porque tenían su base a unos 40 minutos de los lugares atacados. "Esa circunstancia fue aprovechada por los delincuentes", agregó Sánchez en declaraciones a la emisora local Radio Fórmula.

Aunque fuentes de la Policía Federal indicaron anoche en Morelia que los atacantes son presuntos integrantes de Los Caballeros Templarios, el dato no fue confirmado hoy por el portavoz del Gabinete de Seguridad.

Después de esos seis ataques, autoridades de la fiscalía de Michoacán informaron hoy de una nueva agresión registrada este miércoles en el pueblo de Pichilinguillo, en la que, según esas fuentes, murieron cuatro policías federales más.

Sin embargo, en la capital mexicana la Comisión Nacional de Seguridad aseguró que hoy no se había registrado ningún ataque en Michoacán, y dijo que el incidente de Pinchilinguillo se registró anoche y causó la muerte de dos policías y heridas a otros seis.

Para Sánchez, los ataques en Michoacán son una reacción a la presión de las fuerzas de seguridad para controlar una región que estaba dominada por los grupos de la delincuencia organizada.

"Tenían control pleno del tráfico del comercio y de personas. Al no tenerlo más, se ha modificado la economía de la zona, y los precios han regresado al lugar que tenían que tener", agregó.

Según la misma fuente, la reacción violenta "refleja que estas personas están en un nivel de desesperación importante, después de que se logró establecer el tráfico de personas y mercancías".

"Les golpeó severamente el bolsillo, el interés económico de los delincuentes que operan en ese estado", aseveró.

La violencia en Michoacán se intensificó después de que el estado atravesara cierto vacío de poder porque el gobernador Fausto Vallejo estuvo sin cumplir sus funciones durante varios meses por motivos de salud, hasta que fue reemplazado recientemente por Jesús Reyna, en calidad de interino.

Este último niega que Michoacán sea un estado fallido. "Estamos a toda capacidad para contrarrestar la violencia con mayor presencia y puntualidad", declaró hoy.

Además de estos actos de violencia, Michoacán se enfrenta también al surgimiento de grupos de autodefensa en comunidades que desconfían de la policía municipal por sus presuntos nexos con el narcotráfico.

Los golpes recibidos ayer en Michoacán se producen pocos días después de que el Gobierno mexicano marcara un hito en la lucha contra el narcotráfico al detener en el norte del país a Miguel Ángel Treviño Morales, alias Z40, líder del cártel de Los Zetas.

La situación en Michoacán motivó hoy una reunión urgente del Gabinete de Seguridad con el presidente Enrique Peña Nieto, según informes de medios locales que no han sido confirmados por los portavoces oficiales.

Coincidió con la presencia en México de la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, que se reunió ayer y hoy con altos funcionarios mexicanos, incluido Peña Nieto, para revisar temas vinculados a la seguridad fronteriza.