“Por cada joven estudiante (indocumentado) con buenas calificaciones, hay otros 100 que han contrabandeado mariguana por el desierto”, aseguró King en una serie de entrevistas en las que ha mostrado su firme oposición a la legalización de quienes se encuentran a la cabeza de la lista para regularizar su situación bajo una iniciativa de ley (KIDS Act) que avanza desde la Cámara de Representantes bajo el patrocinio del republicano, Eric Cantor.
El liderazgo republicano se vio obligado a desmarcarse de unas acusaciones que no sólo dejan al descubierto lo peor del extremismo, sino que amenazan con causar el abandono definitivo de millones de electores hispanos del Partido Republicano.
“Estos pronunciamientos son despreciables y erróneos y no reflejan los valores del Partido Republicano”, aseguró ayer el líder de la mayoría republicana, John Boehner, quien mantiene un difícil equilibrio entre quienes, desde sus propias filas, insisten en la necesidad de consensuar una iniciativa de reforma migratoria y otros, como King, que se niegan a todo acuerdo para legalizar y ofrecer la vía la ciudadanía a 11 millones de indocumentados.
A pesar de los intentos de Boehner por desvincularse de los pronunciamientos de King, el daño ya está hecho.
De hecho, un grupo de “dreamers” se trasladaron hasta la oficina de King en el Capitolio para mostrar su enojo y protesta.
Los jóvenes llevaban un cargamento de melones que entregaron a personal de la oficina de King, quien, les dijeron, estaba en una reunión y por tanto no podía hablar con ellos.
“Muchos de nosotros hemos trabajado y estudiado” y eso no es “para se nos insulte a nosotros y a nuestros padres de esta manera.
Lo único que queremos es seguir estudiando y trabajando para servirle mejor a este país”, aseguró María Cabello, una inmigrante de origen mexicano y residente en Texas que forma parte del colectivo United We Dream.
Los insultos de King no han pasado tampoco desapercibidos para la Casa Blanca que, en un pronunciamiento de su portavoz, Jay Carney, consideró que las declaraciones del congresista por Iowa son muestra de su catadura moral y una prueba más de las dificultades que enfrentan y seguirán enfrentando los republicanos entre la base electoral hispana.
Lo irónico del caso King es que, a pesar de su empecinada postura contra una reforma migratoria, los últimos sondeos revelan que en su propio distrito en Iowa una mayoría favorece una vía a la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados.De acuerdo con el sondeo realizado por American Action Network, un 69% de los electores en el distrito de King favorece una reforma migratoria, mientras que sólo un 17% se opone a ella.